La soledad del día
Una pierna menos.
Un brazo menos.
Una herida más.
Un cáncer más.
Una pútrida mirada que carcome
los huesos robados del hijo moribundo.
Un escuálido saludo,
que solo es una blasfemia altisonante.
Una invención de lo extraño.
Una prueba antidopaje y
una prueba antimeretricio.
Y una familia asesinada.
Y un sinfín de dementes
acorralados por siquiatras
reprimidos.
Y un sinfín de dementes
acuchillados en un manicomio
infectado.
Bryam Landa (el peruano), Perú, Callao
Comentarios
Publicar un comentario