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El errante (poema ganador de La Pluma de Oro II)

El errante   Bryam Landa Cabrera Has visto mi llegada desde una cumbre sin mares, una cumbre en donde se queman las escarchas de miel y de algarrobo. Viste mis maletas caer y rodar de un lado a otro y luego levantarse sin mirar atrás, solo hacia adelante. Siete años ha desde que yo llegara en la barca de enero y siete horas más son las que me restan en esta tumba aún sin sombras ni friolencias ausentes. ¿Volverías tu sentido hacia mi mano aún cálida y volveríamos a caminar en la tarde de agosto en que me conociste? ¿Quién eres tú, ensoñada ilusión funesta, que apareces desde este puerto silente  y tan alborotado hoy? Camino otro poco, hasta llegar a un vergel. Los niños pasean y otros juegan en el mar. Unos peces danzantes se apoltronan en las rocas y  en las piedras gélidas del mirador, este mirador que ha albergado mis mañanas sin sol en la soledad antigua. Es un mirador que no sabe más que su propio oleaje que sube y baja, que va y viene, que ya no existe. ¿Podría esperar un poco má
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La soledad del día (2022.7.31)

La soledad del día Una pierna menos. Un brazo menos. Una herida más. Un cáncer más. Una pútrida mirada que carcome  los huesos robados del hijo moribundo. Un escuálido saludo, que solo es una blasfemia altisonante. Una invención de lo extraño. Una prueba antidopaje y una prueba antimeretricio. Y una familia asesinada. Y un sinfín de dementes  acorralados por siquiatras reprimidos. Y un sinfín de dementes acuchillados en un manicomio infectado. Bryam Landa (el peruano), Perú, Callao

"El Valle de los Leprosos", un capítulo de la novela "Yo, Pol Rubio" (2020) - Héctor Lozano

  El Valle de los Leprosos   Los primeros días de cualquier etapa en la vida suelen ser una mierda. Lo que sucede es que, con el paso de los años, y para defendernos de los traumas, vamos echando azúcar a los recuerdos amargos, y así tiramos hasta olvidar aquella verdad que nos hizo daño. Es mejor echarle comedia al drama, y reírse de uno mismo, para explicar el desastre que fue mi primer día en la universidad. Todo comenzó con una mezcla de nervios y alegría al entrar en el histórico edificio de la Universidad de Barcelona. Como el que llega a la tierra prometida, por fin me plantaba frente a aquellas majestuosas puertas de madera que se abrían para darme la bienvenida. Al encontrarme entre sus muros, me pareció oír las trompetas de una fanfarria, una música majestuosa que tocaban a la vez decenas de instrumentos. Avanzaba con actitud solemne, pisando un terreno centenario, entre decenas de alumnos, algunos de los cuales ya llevaban pancartas que anunciaban futuras huelgas. ¡Qué

Los estragos del coronavirus (2020.12.12) - Bryam Landa

Este año ha sido de lo más asolador y desolador para muchísimas personas. Recuerdo que, una de las tantas noches antes de dormir, un periodista de la televisión nacional mencionó que las muertes por coronavirus eran muy pocas en comparación con las frecuentes, las cuales incluían suicidios, accidentes automovilísticos, muertes naturales, etc. Recuerdo, también, que en Italia una enfermera se suicidó porque no soportó ver tantos cadáveres frente a su mismidad , a su propioceptividad . Recuerdo, de igual modo, que después se dijo que el coronavirus, en realidad, había llegado o surgido en setiembre u octubre de 2019. Esto me hace cuestionar sobre la historia que se contará en un decenio o tres: ¿cómo se desarrolló en verdad la pandemia? ¿Crearon el virus en un laboratorio o fue solo una recombinación? Para mí, este año ha sido de lo más devastador, ya que una cruenta crisis espiritual me cercenó de mis círculos cercanos y, durante algún tiempo, me sentí en la más desesperanzadora de las

"I'll Stand By You" - Bruce Springsteen

[Verse 1] You meet me in the night With tears falling down Come let me dry them for you I wish I could tell a story Chase away all those ghosts You got inside of you A story of heroes who fight on at any cost Of a kingdom of love To be won or lost We'll fight here together 'til victory is won Come take my hand 'til morning comes Just close your eyes [Chorus] I'll stand by you always, always, always I'll stand by you always, always, always [Verse 2] I know that here in the dark Tomorrow can seem so very far away Here the ghosts and the goblins Can rise from your dreams To steal your heart away Together we'll chase those thieves That won't leave you alone Out from under the bed Out from over our home And when the light comes we'll laugh, my love At the things that the night Had us so frightened of And until then [Chorus] I'll stand by you always, always, always I'll stand b

La lettre finale de "Oscar et la dame rose" (2002), de Éric-Emmanuel Schmitt

       Cher Dieu,       Le petit garçon est mort.      Je serai toujours dame rose mais je ne serai plus Mamie-Rose. Je ne l’étais que pour Oscar.      Il s’est éteint ce matin, pendant la demi-heure où ses parents et moi nous sommes allés prendre un café. Il a fait ça sans nous. Je pense qu’il a attendu ce moment-là pour nous épargner. Comme s’il voulait nous éviter la violence de le voir disparaître. C’était lui, en fait, qui veillait sur nous.      J’ai le cœur gros, j’ai le cœur lourd, Oscar y habite et je ne peux pas le chasser. Il faut que je garde encore mes larmes pour moi, jusqu’à ce soir, parce que je ne veux pas comparer ma peine à celle, insurmontable, de ses parents.      Merci de m’avoir fait connaître Oscar. Grâce à lui, j’étais drôle, j’inventais des légendes, je m’y connaissais même en catch. Grâce à lui, j’ai ri et j’ai connu la joie. Il m’a aidée à croire en toi. Je suis pleine d’amour, ça me brûle, il m’en a tant donné que j’en ai pour toutes les années à

Fragmento de «Día domingo», de Mario Vargas Llosa

«No recordaba que es preciso aflojar el cuerpo y abandonarse, dejarse llevar sumisamente a la deriva, bracear solo cuando se salva una ola y se está sobre la cresta, en esa plancha líquida que escolta a la espuma y flota encima de las corrientes. No recordaba que conviene soportar con paciencia y cierta malicia ese primer contacto con el mar exasperado de la orilla que tironea los miembros y avienta chorros a la boca y los ojos, no ofrecer resistencia, ser un corcho, limitarse a tomar aire cada vez que una ola se avecina, sumergirse —apenas si reventó lejos y viene sin ímpetu, o hasta el mismo fondo si el estallido es cercano—, aferrarse a alguna piedra y esperar atento el estruendo sordo de su paso, para emerger de un solo impulso y continuar avanzando, disimuladamente, con las manos, hasta encontrar un nuevo obstáculo y entonces ablandarse, no combatir contra los remolinos, girar voluntariamente en la espiral lentísima y escapar de pronto, en el momento oportuno de un solo mano